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Castigo de Asiria

27 Miren, el SEÑOR viene de lejos,
    ardiendo de ira y echando humo.
Sus labios están hinchados de ira
    y su lengua es como fuego que consume.
28 Su aliento es como río desbordado
    que llega hasta el cuello,
para zarandear a las naciones
    en la zaranda de la destrucción.
Coloca en las quijadas de los pueblos
    un freno que los hace desviarse.

29 Ustedes cantarán una canción
    como hacen en las noches que se celebra una fiesta.
Estarán llenos de alegría
    como quien al son de la flauta va hacia el monte del SEÑOR,
    la roca de Israel.

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